Lilian Elphick: "Bellas de sangre contraria"

      
   Bellas de sangre contraria es una colección de microrrelatos de la escritora chilena Lilian Elphick, quien reinventa mujeres míticas procedentes de la Historia, la literatura y la leyenda. Elena nos lo dio a conocer en la penúltima sesión, pero no tuvimos tiempo de leerlos con calma, y tiene mucho que ver con la (de)construcción de los mitos, el espacio de seducción, la identidad y por supuesto, el arte y la creatividad.

    Copio uno de ellos (además homónimo, no me di cuenta hasta ahora), para que terminen de convencerse de que merece la pena echarle un vistazo a la página: 

 
HELENA

Golpeé mi pecho tres veces y no hubo respuesta.

Arañé mi cara y me lancé al abismo de la derrota.

Escribí para remediar el silencio y no obtuve el perdón.

Me  pregunté qué es primero, ¿el amor o el odio?, y estalló una guerra.

Entonces, ¿qué maravillas me deparan las patas de los caballos?

Alejada de mi esencia, mastico lentamente mi hermosura.

La mujer no nace... (V)


     Junto dos sesiones en una misma crónica y lo hago rápidamente, para compensar el largo silencio del blog. En la anterior sesión nos hinchamos de tarta (mi preferida) y champán en conmemoración de la II Repúbica y tuvimos una charla muy animada (de nuevo, sin fotos), y ayer (que tampoco nos privamos de comer porque la librería tiene muchas amigas generosas y excelentes reposteras), nos volvimos a ver y dimos la bienvenida a nuevas compañeras. En dos zancadas nos hemos puesto en la mitad del segundo bloque del libro, La experiencia vivida, entre otras cosas porque queremos dar término al libro antes del verano, pero también porque la lectura se ha ido haciendo menos densa. Sin embargo, algunos temas que no plantean grandes polémicas en el papel dan pie a debates intensos que reabren cuestiones no resueltas y plantean nuevas lecturas. Fue el caso a la hora de hablar de los mitos; ¿qué es un mito? ¿qué relación hay entre el mito y la construcción de los géneros? Detrás de la aparente inocencia, estas preguntas despiertan la conciencia de la malabarista que, sin saberlo, camina sobre la delgada línea que ¿existe? entre el mito y la religión, entre las escrituras sagradas y la literatura (¿realmente hay una cuerda bajo mis pies?). 

     Si el mito se enseña en el instituto como contrapunto del logos, primigenia forma de explicación del mundo ante el miedo a los elementos naturales y la incertidumbre de la existencia, hay bastantes más preguntas que hacerle a esa explicación, de la que no se conoce nada más (y nada menos) que su pretendida ingenuidad. 

     «Todo mito implica un Sujeto que proyecta sus esperanzas y sus temores hacia un cielo trascendente». Simone de Beauvoir se refiere al Sujeto no sólo como individuo-hombre, sino como la Historia misma, la conciencia colectiva (masculinizada); el mito es un relato cuyos peronajes son una proyección de los miedos propios, y su desenlace responde a los deseos e intereses del narrador. Es una construcción a medida de la realidad. 

 
     Sobre los mitos y lo que éstos revelan, estoy convencida de que hay material abundante (que si conocen no duden en compartirlo, y yo lo subiré al blog). Una lectura bastante diferente del mito es la que se hace, también de los símbolos, pero desde la perspectiva literaria. La alteridad es un tema recurrente en la literatura universal, quizá por la atracción que genera lo “desconocido”, lo “exótico”. La literatura explora ese universo que se construye como prohibido y se regodea en él; y no deja de ser un relato cargado de proyecciones, igual que el mito. Lo prohibido, lo censurado, es relegado al margen; por otro lado, el margen se hizo para saltárselo: tiene un poder de seducción irresistible que radica precisamente en la prohibición. Esa seducción es un espacio de creatividad y de poder para quienes están relegadas en los márgenes, un espacio que no se elige pero que es apropiado y reconvertido, pero siempre denostado. 

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     Respecto a la parte Formación, se señaló que aunque mantiene el estatus de obra de referencia, quizá es la parte más resentida por el paso del tiempo, y actualmente hay que tomarla en cuenta en su contexto histórico.  Sin embargo, algunos tabúes sobre momentos clave del desarrollo de las mujeres (como la regla o la desfloración) permanenecen hoy en día como consecuencia de la pervivencia del patriarcado; y la lectura que se hace de la envidia del pene expuesta por Freud no es literal, sino en tanto el poder simbólico que se le atribuye (por parte de los mismos hombres, que detentan la potestad sobre los símbolos de la sociedad).
     Nos queda pendiente profundizar en una línea que se sugirió ayer, pero de la que todavía queda mucho que hablar: la identidad. Salió a colación de una de las lecturas paralelas que comentamos (¡ya empezamos a hacer la ronda!), en este caso relativas a la teoría Queer. No adelanto más; espero sugerencias de lecturas paralelas sobre el tema para quienes tengan ganas de investigar. 


     Saludos sorores,

Calidoscopio literario. Calidoscopio de emociones.

Escuchar. Aprender a ver. Encontrar una voz. Escribir. "Aprender graba en nosotros los recuerdos. En la niñez, el aprendizaje ...